martes, 12 de abril de 2011

EL ACUERDO BASILEA III


Es un comité de Supervisión Bancaria formado por 27 países miembros.
Gobernadores de bancos centrales y reguladores cerraron en el mes de septiembre de 2010 un acuerdo que forzará a los bancos a más que triplicar, al 7%, su capital de calidad, para poder resistir sacudidas financieras sin ayuda estatal al cual bautizaron como Basilea III.
 Los líderes del Grupo de 20 (G20) economías emergentes y desarrolladas, que pidieron la reforma aprobaron en noviembre de 2010 el paquete de medidas.

Jean-Claude Trichet, el presidente del Banco Central Europeo y del grupo negociador, calificó el acuerdo de “endurecimiento fundamental de los requisitos globales de capital... Su contribución a la estabilidad financiera y al crecimiento a largo plazo será sustancial”.
Las siguientes son algunas de las medidas que se acordaron:

Capital estructural (Tier 1)

Se refiere a las reservas básicas de capital de un banco, calculadas según el riesgo de los activos que tiene en sus libros.
Nuevo: Bajo Basilea III, el ratio de capital total estructural Tier 1 se fija en 6%, con un capital central Tier 1 de 4.5 por ciento.
La implementación de las reglas de nuevo capital estructural comenzará en enero del 2013. Las normas estarán plenamente en vigencia en enero del 2015.
Anterior: A los bancos se les exigía tener un ratio de capital estructural de 4% y sólo la mitad, o 2%, corresponde a capital estructural "esencial" o capital de calidad en forma de ganancias retenidas o acciones.

Colchón de conservación

Nuevo: Basilea III introduce un colchón de conservación de capital de 2.5% que se suma al capital estructural Tier 1.
Cualquier banco que no cumpla con este amortiguador se enfrenta restricciones de supervisores en pagos como dividendos, recompras de acciones y bonos a ejecutivos.
El nuevo colchón tendrá que estar compuesto de acciones comunes. El colchón será introducido paulatinamente desde enero del 2016 y estará en vigor en enero del 2019.
Anterior:No había un colchón de conservación de capital.

Colchón de capital

Nuevo: Este nuevo colchón se establece entre el 0 y el 2.5% en acciones comunes u otro capital capaz de absorber pérdidas.
El objetivo del colchón es forzar a los bancos a tener un respaldo adicional cuando los supervisores vean un crédito excesivo en el sistema que amenace con generar morosidad.
Anterior: No existía un estándar mundial sobre este tipo de respaldo.

Ratio de apalancamiento

Se apunta por primera vez a limitar el apalancamiento en el sector bancario mundial.
Se pondrá a prueba un ratio de apalancamiento de 3% Tier 1 -o que el balance no pueda exceder en 33 veces el capital estructural- antes de introducir un ratio de apalancamiento obligatorio en enero del 2018.

Liquidez

La primera serie mundial de requisitos de liquidez común busca asegurar que los bancos cuentan con suficiente efectivo o equivalentes de efectivo para salir del apuro de un golpe muy severo de corto plazo y de condiciones menos severas en el mediano a largo plazo.
El colchón de liquidez de corto plazo sería principalmente deuda soberana de alta calidad, aunque incluiría también deuda corporativa de alta calidad.

Aplicación de Basilea III

Las nuevas normas aprobadas  se deberán aplicar gradualmente en un calendario que comienza en 2013 y termina en 2018
 
¿Cómo afectará Basilea III a los bancos españoles?


El Banco de España valoró en su día positivamente la revisión de las normas de solvencia bancaria al considerar que los nuevos requerimientos de capital se han planteado para evitar nuevas crisis financieras, permiten la existencia de bancos más fuertes y sólidos y despejan las incertidumbres que se planteaban en el sector sobre ellas, informa Efe. En la reunión en Basilea, a la que asistió el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, se han adoptado medidas “positivas” y satisfactorias, según el supervisor. Los bancos españoles no tendrán que realizar, con catácter general, grandes esfuerzos de adaptación.

¿Cuál es el objetivo de Basilea III? 

En resumen, el objetivo de la nueva normativa es evitar crisis financieras como la que hemos vivido en estos dos últimos años, o si se produce, que sean las propias entidades las que asuman las pérdidas,  no los bancos centrales y los impuestos de los ciudadanos.

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